Malawi
Tarjeta de afiliación política que se exigía en Malawi |
A partir de 1964 los testigos de Jehová de Malawi comenzaron a experimentar persecución y violencia a una escala rara vez vista en tiempos modernos. Olas sucesivas de ataques violentos por todo el país junto a la brutalidad de chusmas salvajes cayeron sobre ellos en 1964, 1967, 1972 y, de nuevo, 1975.
El anuario de de 1999 página 182 describe así la situación:
"Muchas cristianas fueron víctimas de violaciones, mutilaciones y palizas. Los sádicos agresores no perdonaron a nadie. Sometieron a crueles torturas a jóvenes, ancianas e incluso a hermanas embarazadas, algunas de las cuales sufrieron abortos como consecuencia de los abusos. Millares de hermanos se vieron obligados a huir de sus aldeas una vez más. Muchos se refugiaron en el monte. Otros se exiliaron temporalmente en el vecino Mozambique. A finales de noviembre de 1967, la brutal ola de agresiones contra los testigos de Jehová se había cobrado al menos cinco vidas más".
El motivo de la persecución
"Hay una razón, y tan solo una razón, por la cual se ha descargado sobre ellos toda esa brutalidad e indignidades. Es porque no son políticos. No lo son debido a sus creencias concienzudas en la Biblia y en las enseñanzas de Cristo Jesús, quien dijo que sus seguidores “no son parte del mundo.” (Juan 15:17-19) De modo que su conciencia no les permite comprar una tarjeta que declare que son miembros del partido político gobernante de Malawi... el Partido del Congreso de Malawi. A causa de esto, se les trata como si merecieran menos consideración que la que los seres humanos normalmente conceden a los animales.
Una ‘cosa pequeña,’ quizás algunos se sientan inclinados a decir. ‘¿Por qué no comprar esa tarjeta y evitar la dificultad?’ Ciertamente ese sería el proceder más fácil. Y si lo único de que se tratara fuera el pagar algún impuesto o pagar por un documento de identificación o cédula (como la que pagan los testigos de Jehová en muchos países y llevan consigo en obediencia a las leyes de sus países respectivos), esto no suscitaría ninguna objeción de parte de ellos. Pero en el caso actual el punto en disputa llega hasta el mismo corazón de su creencia y posición cristianas. Cristo Jesús le dijo al gobernador romano Poncio Pilato: “Mi reino no es parte de este mundo. Si mi reino fuera parte de este mundo, mis servidores habrían peleado.”
-¡Despertad! 1976 8/1 páginas 3,4-
Raymond Franz, ex miembro del Cuerpo Gobernante de los testigos de Jehová, en su libro "Crisis de Conciencia" en la páginas 172 dice "El asunto se centraba en el hecho de que se trataba de un carnet “político”, representando la afiliación a un partido “político”. Para muchos, especialmente para los testigos de Jehová, la palabra “político” es un término que representa algo intrínsecamente malo".
La sociedad Watchtower buscó apoyo bíblico para hacer de esta negativa un mandato divino.
Raymond Franz fue asignado para dicha labor:
"En 1975 se me asignó para poner por escrito la información sobre la última campaña de terror que se estaba llevando a cabo contra los testigos de Malawi. Al explicar por qué los testigos de Jehová consideraban la compra de la tarjeta del partido como un asunto tan delicado, utilicé información que había sido publicada con anterioridad en la que se establecía un paralelo entre su posición y la de los cristianos de los primeros siglos que rehusaron poner una pizca de incienso en un altar como sacrificio al “genio” del emperador romano. Al tiempo de redactar aquello experimenté una cierta sensación de incertidumbre: ¿existía en verdad tal paralelo? No había duda de que el poner incienso en un altar era considerado un acto de adoración. Pero ¿estaba tan claro que el comprar una tarjeta de partido era también un acto de adoración? No fui capaz de ver un argumento rotundo que lo corroborara". -Crisis de conciencia página 171-
Aspectos bíblicos
El apóstol Pablo manda no oponerse a las autoridades.
Romanos 13:1-2: Toda alma esté en sujeción a las autoridades superiores, porque no hay autoridad a no ser por Dios; las autoridades que existen están colocadas por Dios en sus posiciones relativas. Por lo tanto, el que se opone a la autoridad se ha puesto en contra del arreglo de Dios; los que se han puesto en contra de este recibirán juicio para sí.
Romanos 13:7 Den a todos lo que les es debido: al que [pide] impuesto, el impuesto; al que [pide] tributo, el tributo; al que [pide] temor, dicho temor; al que [pide] honra, dicha honra.
José participa en el gobierno del Faraón.
Génesis 41:39-43: Después Faraón dijo a José: “Puesto que Dios te ha hecho saber todo esto, no hay nadie tan discreto y sabio como tú. Tú estarás personalmente sobre mi casa, y todo mi pueblo te obedecerá sin reserva. Solo en cuanto al trono seré yo más grande que tú”. Y añadió Faraón a José: “Mira, de veras te coloco sobre toda la tierra de Egipto”. Con eso se quitó Faraón su anillo de sellar de su propia mano y lo puso en la mano de José, y lo vistió con prendas de vestir de lino fino y le colocó un collar de oro alrededor del cuello. Además, hizo que fuera montado en el segundo carro de honor que tenía, para que clamaran delante de él: “¡Avrekj!”, y así lo puso sobre toda la tierra de Egipto.
La controversia surge cuando una situación similar ocurría en México. Allí, el servicio militar era obligatorio para los hombres jóvenes. Al término del servicio militar los jóvenes recibirían una tarjeta "Cartilla", similar a la tarjeta en Malawi. Los Testigos jóvenes experimentaron persecución y encarcelamiento por negarse a realizar dicho servicio militar.
A fin de aliviar esta situación, el Cuerpo Gobernante aceptó que se utilizaran otros medios para obtener esta cartilla.
A fin de aliviar esta situación, el Cuerpo Gobernante aceptó que se utilizaran otros medios para obtener esta cartilla.
México
Con todo, aunque la ley prohibe al ejército o a los miembros de las oficinas de conscripción la expedición de “cartillas” por medios ilegales, como pago de dinero, la gran mayoría de los oficiales violan esas leyes (artículos 50 y 51, página 21; artículo 3, página 29; instrucción número 1 del 16 de septiembre de 1977, página 2, párrafos3 y 4).
Prácticamente cualquier persona, con cualquier pretexto, puede eludir el servicio militar y pagar a un oficial para que anote una supuesta asistencia a la instrucción semanal (aparentando que asiste con regularidad) o efectuando un pago al tiempo que se le hace entrega del documento debidamente legalizado. En Méjico esa práctica es muy común. El gobierno mejicano está tratando de impedir que los oficiales expidan documentos de servicio militar para las personas que no hayan efectuado ese servicio sin que exista una justificación legal para ello. Recientemente, cuando el Presidente de la República, licenciado José López Portillo, presenció la ceremonia de la jura de bandera el 5 de mayo de 1978, ante unos 100.000 jóvenes reclutas un general del ejército dijo que “el ejército no tolerará prácticas ilegales para obtener la cartilla del Servicio Militar”. El general dijo: “Hemos asumido la responsabilidad, de modo que en breve período de tiempo se erradicarán las últimas perturbaciones de la legalidad en el servicio y conseguiremos que todos los jóvenes acudan a las Juntas Municipales de Conscripción para obtener sus cartillas”. (ver Heraldo del 6 de mayo de 1978).
A pesar de ser ilegal, se permitió el soborno a oficiales militares para obtener la "cartilla".
El 4 de febrero de 1960, la sucursal de México envía una carta a la central mostrando su preocupación con respecto a la obtención de la cartilla de manera ilegal. Extracto:
Carta de la sucursal de México. 4 de febrero de 1960 |
El 2 de junio de 1960, la central responde de la siguiente manera:
"Con respecto a quienes eluden el entrenamiento militar mediante el pago de dinero a los oficiales implicados en el asunto, hay que considerarlo de la misma manera que lo que sucede en otros países de la América Latina en donde los hermanos, para salvar su situación, han pagado dinero a algún oficial militar para poder mantener su libertad de llevar a cabo la actividad teocrática. Si hay miembros del estamento militar dispuestos a aceptar ese arreglo a cambio de una propina, la responsabilidad recae sobre esos representantes nacionales. El dinero, en esos casos, no va a parar a las arcas del estamento militar, sino que se lo queda quien toma parte en ese arreglo. Si la conciencia de ciertos hermanos les permite entrar en ese tipo de transacciones en aras de mantener a salvo su libertad, por nuestra parte no hay nada que objetar. Naturalmente, si ello les ocasionara algún tipo de dificultad, serían ellos quienes tendrían que hacer frente a la misma, sin que nosotros pudiéramos prestarles asistencia alguna. Pero si esa práctica es algo habitual y es tolerada por los inspectores sin que sea objeto de investigación, entonces el asunto se puede pasar por alto y aprovechar las ventajas que de ello se derivan. En el caso de que surgiera una emergencia militar y estos hermanos tuvieran que afrontar las exigencias derivadas de su cartilla militar, no podrían sortear la situación mediante el pago de dinero, habrían de probar entonces su valor y demostrar fehacientemente que están a favor de la neutralidad cristiana ante una prueba determinante".
La sociedad Watchtower eludió la palabra "soborno" reemplazándola por "pago de propina" suavizando la situación planteada.
"Cuatro años después de darse aquel consejo a la sucursal de Méjico (1964) tuvo lugar el primer brote de ataques contra los Testigos de Jehová en Malawi, saliendo a la luz el asunto del pago por una tarjeta de partido. La posición adoptada por la sucursal de Malawi era la de que hacer eso constituía una violación de la neutralidad cristiana, una transigencia indigna de un cristiano.
Al mismo tiempo los Testigos en Méjico continuaban pagando soborno a oficiales militares para obtener un certificado, haciendo declaración falsa de que habían llevado a cabo sus obligaciones militares." -Crisis de conciencia página 182-
El 27 de agosto de 1969 la sucursal de México envió otra carta dirigida al presidente Knorr.
Carta de la sucursal de México 27 agosto de 1969. |
Si hay miembros del estamento militar dispuestos a aceptar ese arreglo a cambio de una propina, la responsabilidad recae sobre esos representantes nacionales. El dinero, en esos casos, no va a parar a las arcas del estamento militar, sino que se lo queda quien toma parte en ese arreglo. Si la conciencia de ciertos hermanos les permite entrar en ese tipo de transacciones en aras de mantener a salvo su libertad, por nuestra parte no hay nada que objetar. Naturalmente, si ello les ocasionara algún tipo de dificultad, serían ellos quienes tendrían que hacer frente a la misma, sin que nosotros pudiéramos prestarles asistencia alguna. Pero si esa práctica es algo habitual y es tolerada por los inspectores sin que sea objeto de investigación, entonces el asunto se puede pasar por alto y aprovechar las ventajas que de ello se derivan. En el caso de que surgiera una emergencia militar y estos hermanos tuvieran que afrontar las exigencias derivadas de su cartilla militar, no podrían sortear la situación mediante el pago de dinero, habrían de probar entonces su valor y demostrar fehacientemente que están a favor de la neutralidad cristiana ante una prueba determinante”. Nos hemos atenido a la doctrina expresada en la parte de su carta que hemos citado, pero parece que pudiera verse afectada, si tenemos en cuenta el hecho de que estos hermanos pasen a la reserva de primera línea. Naturalmente parece cierto que la bendición de Jehová ha estado con sus siervos aquí, ya que ha habido mucho progreso a través de los años, aún teniendo en cuenta que la mayoría de los siervos de circuito y de distrito así como miembros de la familia Betel han seguido ese proceder. Apreciaríamos muchísimo cualquier información al respecto de su parte en cuanto a si debiera o no llevarse a efecto algún cambio. En el caso de que, en efecto, hubiera de hacerse algún cambio y no se debiera seguir con esta manera de proceder, los hermanos se verían privados de la posibilidad de obtener pasaporte, aunque podrían asistir a las asambleas dentro del país. Si hubiera cambio, ¿En qué situación quedarían los que están en la reserva de primera línea?, ¿Cómo se debería manejar la situación? Estaremos a la espera de su respuesta sobre el particular".
El 5 de septiembre de 1969, la central envía la respuesta a la sucursal de México:
"En nuestro poder obra la carta del 27 de agosto (182) en la que nos preguntan sobre los hermanos que, habiéndose registrado en las oficinas de conscripción, están ahora en la reserva de primera línea.
La carta del 4 de febrero de 1960 (123) que ustedes citan contiene cuanto pudiera decirse sobre el tema. No hay nada más que añadir. La responsabilidad por lo que debiera hacerse en el caso de que fueran llamados a filas recaerá sobre esas personas y ese será el momento para que actúen. Entre tanto, los hermanos que se han registrado y quienes han pagado una propina están libres para continuar en el servicio. No es que estemos dando nuestra aprobación, sino que su propia conciencia, no la nuestra, es la que les ha permitido obrar de esa manera. Si su conciencia les ha permitido obrar así sin comprometer en modo alguno su fe, sencillamente dejen las cosas tal como están. No hay motivo para que hayan de dar una respuesta a cualquier pregunte u ofrecer comentarios a las personas, ni entrar en discusión. Puede que algún día tengamos que encarar este asunto y se vean obligados a tomar una decisión, tal como se indica en la carta y entonces se vean obligados a decidir. No nos corresponde tomar decisiones en la vida de los demás alrededor del mundo. Si la conciencia de esas personas les ha permitido utilizar ese recurso y registrarse en la reserva, es cosa que a ellos concierne en el caso que les cause preocupación. No es asunto por el que la oficina de la sucursal haya de preocuparse.
La Sociedad ha dicho siempre que las personas han de someterse al cumplimiento de la ley. Si la persona ha obrado de la manera que ustedes describen en su carta sin que les moleste su conciencia, dejemos las cosas tal como están. No hay motivos para que decidamos en la conciencia de otras personas ni entrar en razonamientos o discusiones sobre el asunto. Si estas personas no han adquirido compromiso en relación a tomar las armas y lo que han hecho les permite seguir transformando sus espadas en podaderas, la responsabilidad por esa decisión recae sobre ellos. Si cambiaran esa posición en sus vidas, ése sería el momento para que los superintendentes de congregación actuaran. De modo que dejen las cosas tal como están desde febrero de 1960 sin más comentarios.
Que la rica bendición de Jehová esté sobre todos ustedes".
Conclusión
Queda patente que ambos casos fueron tratados de manera diferente. Por un lado el órgano rector permitió que la "cartilla" se obtuviese de manera fraudulenta, en cambio en Malawi se exigió a los miembros neutralidad con respecto a los asuntos políticos.
El hecho de que en algunos países fuese normal obtener beneficios a través de sobornos, sirvió como excusa para justificar dicha practica entre los Testigos de México.
Se baraja la posibilidad de que los lideres de la Sociedad Watchtower aceptaran este compromiso debido a que en México, la Constitución de 1917 dispuso la nacionalización de todas las propiedades de un movimiento religioso. Hasta hace poco la Constitución de Méjico prohibía a las confesiones religiosas el derecho a la titularidad de bienes inmuebles. Así, desde hace décadas en México, la sede de la organización se registró como "Asociación Cultural" (no "asociación religiosa").
La corporación local que se formó en el país, la Torre del Vigía, se registró como tal ante el gobierno de Méjico. De modo que, por muchas décadas, los testigos de Jehová en Méjico no hablaban de celebrar reuniones religiosas ni de tener reuniones bíblicas, sino de asistir a reuniones “culturales”. En esas reuniones no se hacían oraciones ni se cantaban cánticos, cosa que también sucedía en sus grandes asambleas. Cuando predicaban por las casas únicamente llevaban la literatura de la Watchtower (los testigos decían que la Watchtower la suministraba para “ayudarlos en su actividad cultural”). No llevaban la Biblia en la predicación de casa en casa, ya que eso los delataría como personas envueltas en una actividad religiosa. El grupo de testigos de una zona determinada no era identificado como una “congregación”, sino como una “compañía”.
Puesto que tenían conocimiento de aquella práctica, es posible que algunos miembros del Cuerpo Gobernante tuvieran una disposición favorable hacia el pago de soborno para obtener aquellos documentos falsificados como algo relativamente en consonancia con la política global de los testigos de Jehová en ese país. Tal vez así se explique en parte por qué al mismo tiempo podían estar hablando de manera tan radical en contra de “transigir” en otros países. - extracto del libro Crisis de conciencia página 193, 195-
Por lo tanto, la motivación de esta política fue probablemente relacionado con el deseo de la Watchtower de mantener las propiedad y bienes a diferencia de lo que ocurrió en Malawi.
Recursos
[3] Grupo Ultramar